Bitcoins: Por qué los estados lo miran con recelo?


Hace varios años se viene escuchando sobre los bitcoins. Esta moneda virtual viene ganando adeptos en forma lenta pero constante. Conocida como una criptomoneda - por utilizar métodos criptográficos - es una revolución dentro de los métodos de pagos existentes. Altamente atados a esta época por la masificación de las redes de telecomunicación y los sistemas distribuidos ha comenzado a estar en el radar de los estados y naciones del mundo.


En el libro "La historia de la estupidez humana" de Paul Tabori se cuentan los diferentes comportamientos de civilizaciones a lo largo de la historia con respecto al dinero y otros medios transaccionales. Una de las primeras historias que cuenta es la de los habitantes de la isla de Yap. Los nativos de esta isla - que carece de recursos de minerales preciosos - construyeron un sistema de intercambio de bienes basados en piedras de molino. Las piedras, que deben ser traídas de canteras de islas vecinas, tienen un valor de cambio de acuerdo al diámetro de la misma. Desde pocos centímetros para comprar un cerdo a metros que permiten comprar una casa, las monedas de Yap tienen la misma utilidad que los billetes en nuestros bolsillos. 
piedras de molino de la isla de Yap
Si bien las piedras de diámetro pequeño se parecen a las monedas de uso legal que estamos acostumbrados a utilizar (su intercambio es anónimo e intraceable y el dueño es quien la posee). Las piedras más grandes, que no pueden transportarse y se dejan donde fueron emplazadas inicialmente tiene un sistema transaccional de palabra. La propiedad de una gran piedra es recordada en la tradición oral de la comunidad. Incluso piedras que por acción de tifones han quedado hundidas en lagos, siguen siendo validas en las transacciones y sus dueños pueden disponer de su valor cuando quieran.

La inflación, problemática en la que los argentinos somos históricamente padecientes, también afecta a Yap. La introducción de herramientas metálicas a las islas por parte de navegantes y comerciantes europeos modificó la economía nativa. Las piedras de yap no solo valen por su tamaño, sino por su dificultad de transporte y construcción. Las viejas piedras que tienen asociadas historias de peligros y muertes en su elaboración son más valiosas que las nuevas que son construidas y transportadas de manera más sencilla. Con una piedra más nueva se puede comprar menos cosas que con una vieja del mismo diámetro. La base monetaria y la economía de la isla están relacionadas.

Las economías modernas y formales utilizan principalmente el dinero en forma de monedas y billetes para respaldar su funcionamiento. Las transacciones comerciales se hacen mediante el intercambio físico del dinero o mediante transacciones electrónicas. Las primeras involucran el traslado material del billete o moneda entra las partes mientras que la segunda es una operación donde un tercero (banco o entidad financiera) intermedia en el intercambio de titular del monto involucrado. El canje en este caso no es físico, sino que es mediante un proceso electrónico donde una cantidad de dinero pasa de titularidad. El dinero físico en ese caso no se moviliza sino que entre instituciones financieras cambian en sus registros la titularidad.

Estos dos modelos tienen diferentes características. El dinero en "metálico" es emitido por un estado y respaldado por su economía y/o por las reservas de monedas de otros estados. La emisión de esa moneda es monopolio de ese estado. Si un particular emite billetes iguales o similares sin autorización esta cometiendo el delito de falsificación. Una vez puesto en circulación el dinero no se puede rastrear por las manos por la que pasó ni que se compró con él. Tampoco se puede utilizar un mismo billete en manos de una persona para realizar dos transacciones simultáneas. Físicamente luego de la primera, el dinero pasa de manos.
Las transacciones electrónicas son de aparición más reciente y están vinculadas a la utilización de redes y sistemas informáticos. No hay anonimato en  la transacción. La entidad financiera conoce quienes interactúan, cuando y por que monto. Por otro lado existe más granularidad en el monto intercambiado. Con dinero físico los precios ",99" suelen redondearse. Pero eso no ocurre con su modalidad electrónica. Es de destacar que las transacciones electrónicas están basadas en el dinero físico y no es un sistema independiente del mismo.

Los estados modernos intentan fomentar la bancarización de sus ciudadanos. Además suelen favorecer el uso de transacciones electrónicas otorgando beneficios o agregando trabas al uso del efectivo. Conocer los ingresos de una persona es una buena manera de poder cobrar impuestos. Conocer en que gasta una persona permite también controlar e incluso disuadir ilícitos. Pero, el lado negativo, también lesiona las libertades individuales del ciudadano: su privacidad.

La gran mayoría, por practicidad, desconocimiento o conveniencia acepta esa realidad impuesta. Una minoría no lo acepta. Excluyendo a elementos criminales que por obvias razones lo rechaza, hay ciudadanos decentes que atesoran su derecho a la privacidad. Para ellos la aparición de las criptomonedas es una excelente noticia.

El bitcoin nació en el 2009 de la mano de Satoshi Nakamoto, no es la primer cripomoneda propuesta, ni la última, pero por diversas cuestiones es la más difundida y utilizada hoy día. Es posible comprar desde un café en algunas tiendas, pagar un viaje en taxi de ciertas compañias, así como también pagar servicios online o transferirlos a terceros. El bitcoin tiene cotización en dolares, euros y otras monedas. Puede consultarse en sitios como coindesk.com.

Los bitcoins son monedas de uso anónimo. Para poder poseer e intercambiar bitcoins solo se requiere generar un par de clave pública y privada. Con esas claves - y sin ningun dato personal - se puede asegurar la identidad y la vinculación de una persona con un conjunto de bitcoins. Eso, bien utilizado asegura la privacidad de las partes. También plantea el peligro de perder todos los ahorros de no guardar correctamente esa clave.

No existe un organismo centralizado de control o administración del sistema. Es la misma comunidad que controla a sus integrantes y válida las transferencias. Esta descentralización también implica que no hay quien pueda emitir o quitar de circulación bitcoins. Existe un método dentro del sistema mismo que determina cada cuanto y por cuanto tiempo se van emitiendo nuevos bitcoins. No hay casas matrices, ni intermediarios en las transacciones.

Los bitcoins son enteramente virtuales. La moneda bitcoin no existe en forma fisica, ni siguiera en forma de bits (como parece indicar su nombre). Un bitcoin simplemente es un valor consignado en una transferencia. Una cadena de transferencias se mantiene para el control de gastos y titularidad.

Un bitcoin es divisible. Se puede transferir hasta el octavo decimal (0,00000001) de un bitcoin. Esa fraccion de bitcoin es la menor unidad y se denomina satoshi.

Es seguro. Por la arquitectura del sistema bitcoin, un miembro que intenta robar o falsificar la tenencia de bitcoin debe enfrentarse a todo el poder computacional de la comunidad. Incluso si un grupo de miembros se unen para tratar de sacar provecho intentando engañar al sistema, más allá de resultar computacionalmente antieconómico, les sería más redituable trabajar a favor del sistema. El sistema de bitcoins brinda dividendos a quienes trabajan para el mismo en forma de comisiones o de nuevos bitcoins. La misma arquitectura esta pensada para ir aumentando de seguridad a medida que pasan los años y el poder computacional aumenta.

Las transacciones son irreversibles. Una vez realizada una transferencia de bitcoins y si la misma es aceptada por la comunidad, no hay forma de volverla atras. Eso plantea una tranquilidad para quien cobra y una preocupación en quien paga. En otros sistemas de transacciones el pagador puede realizar un pago y luego anularlo. Con bitcoins eso no es posible.

Es fácil de utilizar. Existen programas seguros y app mobile para administrar y transferir bitcoins. Con crear una clave y administrarla en forma responsable se puede participar en este sistema. El sistema además tiene una adopción creciente.

Esas características hacen del bitcoin un sistema en crecimiento. Pero al mismo tiempo hace que los gobiernos y estados lo miren con recelo. La imposibilidad de saber quien compró algo y de donde salieron los fondos no encuadra en la lógica de los estados cada vez más vigilantes de las acciones de sus ciudadanos. La incapacidad de intervenir mediante políticas financieras y monetarias en la cotización o la emisión de bitcoins implica una pérdida en el monopolio y soberanía económica de un estado. La ausencia de legislación y jurisprudencia también deja en jaque a sistemas judiciales ante conflictos en el intercambio de bitcoins.

Varios paises han prohibido el uso de bitcoins dentro de su territorio, entre ellos Bangladesh, Bolivia, Islandia y Ecuador . Otros lo han marginado de sus sistemas financieros formales impidiendo su compra y venta en bancos, como en China. Prima por otro lado una falta de legislacion al respecto. El paso de los años dirá que pasará con este nuevo método de pagos.

Comentarios